Espiritualidad

CRUZ
CRUZ
Señor, tú eres el que puso
la espalda y le brotó una cruz,
y clavos en las manos
para quedar cosido a ella,
y ser así abrazo
repitiéndose siempre,
amor que nunca huye,
que siempre queda.
Crucificado tú, mi Dios,
en el que creo y vivo,
por el que amo liberado.
(1-3-1998).
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